Qué tipos de baldosas existen

Existe en el mercado actual de la baldosa cerámica una infinidad de modelos diferentes. Las podemos clasificar según el material del que están hechas, su forma y su acabado. Es muy importante conocer los tipos de baldosas que hay ya que, dependiendo de eso, deberemos cortarlas de una manera u otra. A continuación, te explicaremos los tipos de baldosas cerámicas que existen en el mercado.

Tipos de baldosas cerámicas

Según el material del que están hechas, éstos son los principales tipos:

Azulejo

El azulejo se trata del tipo de baldosa cerámica más tradicional. Consta de dos partes, una base de tierra cocida, que generalmente es de un color rojizo o blanco (dependiendo del tipo de arcilla que se utilice para su fabricación) y un esmalte de color que cristaliza al hornear la baldosa, al que también se le suele llamar vidriado.

¿De dónde viene el azulejo?

Se han encontrado restos arqueológicos de losas de tierras cocidas con un vidriado en lo que fue Mesopotamia (actualmente Irak) que datan de varios siglos antes de nuestra era. Fue introducido en Europa en los siglos VII y VIII a través de la ocupación árabe de la mayor parte de la Península Ibérica. Por lo que podemos concluir que, el azulejo es el tipo más antiguo de baldosa cerámica.

Características del azulejo

Debido a su colocación, conseguimos impermeabilizar la superficie que cubrimos en gran medida. Este tipo de baldosa cerámica (generalmente de forma cuadrada o rectangular) la encontramos en baños y cocinas, cubriendo las zonas húmedas.

Sin embargo, dada la facilidad con la que podemos crear diseños con ellos, se han usado muy comúnmente en la decoración. La combinación de diferentes esmaltes, colores, diseños, e incluso formas, abren un abanico grande de posibilidades. Este tipo de decoración abarca cientos de estilos, que crean joyas arquitectónicas, que van desde los diseños árabes de la Alhambra de Granada hasta el trencadís de Antoni Gaudí.

 

Gres

Otro de los tipos de baldosas es el Gres (del francés grès) y es un nombre genérico por el que se conocen las baldosas hechas con una mezcla de arenisca, sílice y feldespato. Su uso más común en la historia ha sido el de ser la base para la creación de vasijas, jarrones, o cualquier tipo de objeto de alfarería.

¿De dónde viene el Gres?

La introducción de las nuevas técnicas de fabricación hizo que estas baldosas se volvieran más variadas, puesto que conseguían tener acabados que imitaban, en cierta medida, a otros materiales (madera, mármol, etc.). Muy comunes en las décadas de los 80 y 90, han ido dejando paso casi totalmente a otro tipo de material, el gres porcelánico.

Características del Gres

Su mayor densidad hace que su porosidad sea inferior a la del azulejo, y que su resistencia sea mayor. Por lo tanto, las baldosas cerámicas realizadas con este material se reservan para el solado. Estas baldosas tan resistentes pueden usarse para interior o exterior, y pueden ir o no esmaltadas.

Gres porcelánico

El gres porcelánico, también llamado porcelanato en algunos países de habla hispana por el nombre en italiano (gres porcellanato), es hoy en día, la reina de las baldosas cerámicas. Es una cerámica de pasta dura y compacta, con una porosidad casi inexistente y una resistencia enorme a los impactos y cambios de temperatura. En su fabricación se usan hornos de altísimas temperaturas (más de 1.200ºC) después de que la pasta haya sido compactada a gran presión, cosa que ayuda a la creación de una lámina impermeable de cerámica.

¿De dónde viene el Gres porcelánico?

Pese a que hace 30-40 años se trataba de un producto prácticamente de lujo, actualmente se ha estandarizado mucho su producción. De hecho, hoy ya podemos encontrar muchos modelos de baldosas realizadas en gres porcelánico que son muy asequibles.

Características del Gres porcelánico

Este material ha supuesto una revolución para la construcción. Puede ser utilizado para usos hasta el momento restringidos al granito, mármol, terrazo o cualquier material que soporte un tránsito de personas continuo. Además, es una base inigualable para las imitaciones de otros materiales. Con las técnicas actuales de impresión digital y estructurado de superficies, imitar la estética de un material sin sus inconvenientes está al alcance de la mano. Podemos tener, por ejemplo, la bella estética de la madera o del mármol sin su costoso y trabajoso mantenimiento.

Además, este tipo de fabricación de baldosas cerámicas permite la creación de láminas de muy gran tamaño. Esto ha hecho que los formatos de baldosa hayan crecido de tal manera que es muy habitual ver baldosas de 80×80, 100×100 o incluso 120×120 centímetros, o que sea cada vez más frecuente ver revestir con láminas cerámicas que se acercan a los cuatro metros de largo por dos de ancho.

Pues bien… estos son los tipos de baldosas que podemos encontrar en el mercado.

Como considero que todo buen colocador debe conocer muy bien el material que trabaja, y no dudo que vosotros/as ya lo hacéis, para los próximos artículos describiremos las aplicaciones más comunes de estos materiales.