El pulido de suelos nos ayuda a recuperar el brillo perdido por diversos factores como; el paso del tiempo, manchas, etc.
Los pavimentos de piedra natural, como el mármol, el granito o el terrazo (aunque éste último no sea natural al 100%, lo trataremos como tal), son objetivo de muchas agresiones durante su vida, y la primera víctima suele ser, siempre, el brillo de estas superficies.
Intentar recuperar este brillo perdido, puede ocasionar más de un dolor de cabeza a su propietario.
En más de una ocasión éste suele confundir agresiones (es decir ataques) con manchas. Las manchas se pueden limpiar, pero las agresiones deben repararse.
El trabajo de reparación necesario es el pulido de estas superficies. El pulido nos permitirá borrar literalmente cualquier rastro de daño que haya sufrido nuestro suelo, pero eliminará también el brillo del pavimento. Por lo que después de pulir deberemos cristalizar.
El cristalizado (también conocido como abrillantado, aunque no sea lo mismo) nos permitirá recuperar el brillo natural de nuestro pavimento al mismo tiempo que crea superficialmente una protección de mayor dureza contra agresiones físicas.
No debemos confundir una mancha con una agresión. Las primeras hay que limpiarlas, para las segundas deberemos pulir y cristalizar.
Pasos a seguir para el mejor acabado:
El trabajo de pulido de suelos al que nos vamos a referir se centrará en los pavimentos de mármol, granito y terrazo.
El primer paso será utilizar las plaquetas diamantadas para desbastar superficialmente nuestro pavimento junto con un soporte de estropajos.
Disponemos de 5 granos diferentes (60, 120, 220, 400 y 800) que van desde el más abrasivo, para desbaste fuerte, al más suave, para acabados.
Las plaquetas de 60 y 120 son las que desbastan literalmente la superficie del material.
Las plaquetas de 220 y 400 aplican un desbaste más ligero que iguala el desbaste inicial y prepara el pavimento para el acabado.
Por último, la plaqueta de 800 es la encargada de dar el acabado definitivo al pulido. En este momento nuestro pavimento presentará un tacto fino y suave, pero sin brillo.
Durante el proceso de pulido de suelos, con las plaquetas de diamante deberemos utilizar agua para lubricar el suelo y evitar la creación de polvo y dañar en exceso el pavimento.
Entre cambio y cambio de plaqueta se debe limpiar el suelo para eliminar tanto la “pasta” generada del pulido como los restos de grano de la plaqueta utilizada.
Antes de iniciar el proceso de recuperación del brillo o cristalizado, el suelo debe estar totalmente seco, ya que el agua puede neutralizar la acción del líquido cristalizador.
Para cristalizar necesitaremos un nuevo soporte de estropajos, para colocar en este caso las bobinas de lana de acero y evitar que los filamentos metálicos que se queden adheridos puedan dañar las plaquetas en trabajos futuros.
Podemos escoger diferentes durezas de lana de acero, la nº2 es la más dura y puede utilizarse en suelos de terrazo, la nº1, más suave, es la apropiada para los suelos de mármol o granito.
El líquido cristalizador se debe aplicar en estado puro y en poca cantidad (1 o 2 tapones por m2), aunque la mejor manera es pulverizarlo directamente sobre la superficie, de esta forma se distribuye mejor y se consume menos producto.
La fricción producida por la lana de acero sobre la superficie genera calor, y este calor permite que el cristalizador penetre en la porosidad del material. De esta manera se inicia el proceso químico que permite la reorientación de las partículas superficiales del material y aparece el tan deseado brillo.
Al acabar el proceso de cristalizado deberemos retirar la lana de acero y limpiar el suelo de restos de virutas metálicas y cristalizador con una mopa, paño seco o aspirador.
NUNCA deberemos mojar la superficie recién cristalizada.
La reacción química originada con el cristalizado puede durar entre 6 y 8 horas (dependiendo del material) y por ello, es recomendable evitar el tránsito durante éste período. Una vez transcurrido este tiempo, ya podremos fregar el suelo con total normalidad.
Para un mayor rendimiento de la RUBILIM durante los procesos de pulido de suelos y cristalizado, podemos aumentar el peso del equipo gracias a los lastres de plomo (ref. 61969). Cada conjunto de 2 unidades aporta un total de 13 kg. de peso extra al equipo.
Al utilizar la lana de acero en el soporte de estropajos, es normal que algunos hilos de acero queden enganchados en el Velcro® de fijación. Si no limpiamos correctamente el soporte, estos hilos de acero se oxidarán. Por ello se recomienda utilizar 2 soportes de estropajos, uno para las plaquetas de diamante y otro para la lana de acero.
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