¿Alguna vez te has preguntado si el porcelanato y porcelánico es lo mismo? ¿Cuál es el termino correcto? La respuesta es bien simple: ambas son correctas. Aunque, si nos ponemos quisquillosos, deberíamos especificar que la denominación correcta, en castellano, es gres porcelánico.
La palabra “porcelanato” es, en realidad, un barbarismo creado por la españolización del nombre, de origen italiano, “porcellanato o gres porcellanato” (pronunciado “porchelanato”), aunque, con su uso cuotidiano se ha normalizado. Por lo que podemos, perfectamente utilizar ambas denominaciones para referirnos al mismo material.
Pero ¿sabemos exactamente que es el gres porcelánico o porcelanato? ¿Conocemos sus propiedades y características? ¿En qué se diferencia del gres tradicional o del azulejo?
Como veis, pueden surgir muchas dudas al referirnos a este material y en este post vamos a intentar darles respuesta.
¿Qué es el gres porcelánico?
El gres porcelánico o porcelanato es un tipo de baldosa cerámica con unas prestaciones muy concretas al respecto del resto de baldosas.
Tiene su origen en la industria ceramista italiana, en la década de 1980, cuándo los avances tecnológicos permitieron cocer las materias primas a altas temperaturas (1.200 °C).
La principal característica del gres porcelánico o porcelanato, y por lo tanto, la gran diferencia con el resto de baldosas cerámicas (azulejo y gres esmaltado), es su, prácticamente nula, capacidad de absorción de agua. Inicialmente, ésta, debe ser de un máximo del 0,5%, tal y como indica las normas internacionales ISO 13006 y EN 14411, pero en la actualidad algunos materiales presentan absorciones muy inferiores, casi cercanas al 0%.
Otras características destacables del porcelánico o porcelanato son su elevada dureza y su resistencia a la abrasión.
La suma de todas ellas hace que el porcelánico o porcelanato sea un material muy polivalente. Ideal, tanto para interiores como para exteriores y apto, por igual para revestimientos como para pavimentos de todo tipo. Desde uso particular como para espacios de pública concurrencia.
En la actualidad, el gres porcelánico o porcelanato, es la tipología de baldosa cerámica más utilizada en la construcción. Un 80% (en algunos países hasta más) de los proyectos de nueva edificación y/o rehabilitación utilizan el porcelánico o porcelanato como material de revestimiento.
¿Porcelanato y porcelánico son lo mismo o iguales?
El origen es el mismo para todos los tipos de gres porcelánico o porcelanato que ofrece el mercado, pero no, no todos son iguales.
Para empezar, existen dos métodos de conformado: la extrusión y el prensado. Esta primera diferencia la podremos identificar por la codificación de la EN 14411:
- (AIa) para las baldosas de porcelánico extrudidas.
- (BIa) para las prensadas.
Por lo general, las baldosas de porcelánico o porcelanato prensadas (BIa) son las más comunes ya que el molde permite dar a la superficie de la baldosa diferentes texturas naturales, cada vez más realistas (pizarra, madera, etc.).
Por otro lado, el mismo cuerpo de la baldosa ofrece distintas tipologías:
- Todo Masa (tuttomassa) o masa simple: el cuerpo de esta baldosa está compuesto por la misma “mezcla” de materia prima. Así pues, su comportamiento será el mismo en todo su espesor.
- Doble carga: en esta tipología, el cuerpo de la baldosa está dividido en dos partes. La primera (la de la parte inferior) da cuerpo a la baldosa y suele ser más gruesa, a la vez que de una mezcla más, llamémosla, básica. Mientras que la segunda (la que queda en la cara superior), suele ser de menor espesor, pero le confiere a la baldosa una mayor dureza y resistencia, en especial al tránsito.
Baldosas rectificadas y no rectificadas
También encontraremos baldosas rectificadas y no rectificadas. Esta diferencia determina el acabado de los cantos de la baldosa y, sobre todo, la precisión o exactitud del formato de la propia pieza.
La ventaja de utilizar baldosas rectificadas es la tranquilidad de que, mientras sean del mismo modelo y calibre, todas las piezas tendrán el mismo formato y, nos ahorraremos más de un “susto” durante la instalación.
Baldosas esmaltadas y no esmaltadas
Y, por supuesto, nos queda diferenciar entre las baldosas esmaltadas y no esmaltadas.
Para estas, la norma EN 14411 también la diferencia con la codificación GL para las esmaltadas (del inglés Glazed) y, con UGL para las no esmaltadas (del inglés UnGlazed, como ya os habréis imaginado).
Entre las primeras destacamos los acabados: pulido, semi-pulido y mate. Pueden ser tanto de masa simple (el clásico “sal y pimienta”) como de doble carga. Y en las segundas, aunque también podrían ser de las dos tipologías, se suele utilizar más la de masa simple o todo masa teniendo en cuenta que el esmalte es el que acaba de aportar la resistencia al desgaste.
Tendencias – ¿Porcelanato y porcelánico es lo mismo?
Los avances tecnológicos en la industria cerámica han revolucionado el sector y, precisamente, la versatilidad del gres porcelánico o porcelanato lo han ensalzado como el material cerámico definitivo.
La capacidad productiva actual nos permite disfrutar de formatos y espesores, impensables 20 años atrás.
La lámina porcelánica, también conocida como XXL, slim, o slab ofrece formatos de hasta 360 cm de largo y 150 cm de ancho con espesores que pueden ir desde los 3 hasta los 12 mm.
Y no nos podemos olvidar de la tendencia más actual de todas, las baldosas de 20 mm de espesor. Perfectas para pavimentos exteriores, tanto sobre soporte rígido (soleras de hormigón) como en jardines, o suelos técnicos elevados. Pero, si me lo permitís, de esto podemos hablar otro día.
Espero que hayáis disfrutado leyendo este post, tanto como yo escribiéndolo.
No os olvidéis de compartir vuestra opinión y comentarios.
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