Existen nuevos materiales cerámicos, pero siguen los mismos errores de siempre… y alguno nuevo.
Hace ya algún tiempo, publicamos en este blog un par de posts que pretendían poner de manifiesto aquellos errores más comunes o la poca predisposición de algunos instaladores por obtener los mejores acabados posibles.
Hoy, me gustaría decir que todo forma parte del pasado, pero, desgraciadamente no es así.
La baldosa cerámica, no es la única que ha evolucionado en los últimos 5 años, los adhesivos cerámicos y las herramientas también lo han hecho.
Por desgracia, aún existe un conjunto de colocadores profesionales que se resisten a evolucionar. Las viejas costumbres están muy arraigadas en este sector y sólo actualizando nuestros conocimientos en la materia seremos capaces de avanzar.
Errores de antaño nos siguen persiguiendo
Aún hoy, con todos los medios de los que disponemos, y no me refiero sólo a materiales y herramientas de última generación, no. Me refiero al acceso a la información, a la gran oferta en cursos y seminarios de formación, a disponer de una NORMA de colocación… con todo esto a nuestro alcance, seguimos viendo instalaciones con los mismos errores de antaño:
- Cerámica sin junta mínima (a hueso).
- Una selección deficiente del adhesivo cerámico.
- Obviar el doble encolado en aquellos formatos en los que es obligado.
- No realizar un replanteo previo que nos ayude a evitar cortes innecesarios o acabados inaceptables.
A esta lista de “errores clásicos”, tenemos que añadir algunos que han ido surgiendo en los últimos años, como consecuencia de los nuevos materiales cerámicos.
Desde la aparición de los formatos de 45×45 y 60×30, la baldosa cerámica ha ido creciendo hasta llegar a los actuales 150×75, 180×40… y eso, que aún no vamos a mencionar la lámina cerámica.
Bien, como decía, desde la aparición de los primeros formatos considerados “grandes”, y sobre todo como resultado de las prisas en la instalación. Aparece en escena una patología, que en realidad no es nueva, pero que acentúa su presencia con la “falsa” idea de que los formatos rectificados no tienen que tener junta de colocación, por lo del efecto de continuidad (esta parte la pongo en cursiva para que entendáis que la escribo con “cierto” tono de ironía).
Me refiero, básicamente, a las molestas cejas de colocación. Es decir, esos pequeños desniveles entre baldosa y baldosa que son tan molestos al caminar o al mover objetos pesados. Probad a empujar una nevera y que ésta se queda clavada de golpe, porque una baldosa está más alta que la otra. ¡Os aseguro que te acuerdas del que te instaló la cerámica!
Las cejas de colocación, son un defecto de desviación de nivel aplicable a alicatados, a aplacados y a pavimentos. Y a día de hoy el que las deja, es porque quiere.
Metodología y normativa
El método que recoge la Norma UNE 138002 para la comprobación de la ceja es, y cito textualmente: “Regla de 2m de longitud apoyada sobre las juntas. Se coloca la regla sobre el acabado, apoyada sobre la parte de la ceja y nivelada con la baldosa. Se mide la desviación de nivel entre las baldosas adyacentes con una galga calibrada.”
La tolerancia máxima admitida es de 1 mm, si la junta de colocación es menor de 6 mm, y de un máximo de 2 mm si la junta de colocación es de 6 mm o mayor.
Detalle de medición de la desviación de nivel según Norma UNE 138002:2017
Evitar la creación de cejas es muy sencillo. Gracias a la proliferación de los sistemas de nivelación, la ceja de colocación debería ser ya, un error del pasado.
Existen muchos tipos de sistemas, por lo que antes de seleccionar uno, lo mejor es conocer todas las opciones y probar algunos de ellos, para ver cuál se adapta mejor a nuestra manera de trabajar. Para los que no los conozcan, os recuerdo otro post que escribí sobre los sistemas de nivelación y sus principales diferencias. Así como los aspectos más importantes a tener en cuenta durante la instalación con estos sistemas. Sobre todo, para evitar nuevos problemas.
Grandes formatos y otros materiales
Ahora, hablaré de algunos aspectos que van de la mano de los grandes formatos y de los materiales con muy baja capacidad de absorción de agua (especialmente si hablamos de lámina cerámica).
En primer lugar, y teniendo en cuenta la gran superficie de cada baldosa, será imprescindible disponer de un soporte con un grado de nivelación muy alto, por lo que, si no es así, antes de instalar se tiene que utilizar un mortero de regularización.
Ahora que ya tenemos el soporte adecuado, pasamos a elegir el adhesivo. Como mínimo, se deben utilizar adhesivos clasificados como C2 (con adherencia mejorada) según indica la UNE-EN 12004 y S1 (deformable) según indica la UNE-EN 12002.
Cuando apliquemos el adhesivo, es imprescindible utilizar la técnica del doble encolado, es decir, aplicar adhesivo tanto en el soporte (llana dentada) y la parte posterior de la baldosa (llana o parte lisa de la llana dentada).
Si el material cerámico que estamos instalando está reforzado con malla de fibra, se recomienda el uso de adhesivos mejorados y aditivados con resinas, o los basados en resinas de reacción.
Como veis, instalar gran formato, no es sólo una cuestión de cortar y manipular piezas más grandes y pesadas. Si no nos adaptamos a estas nuevas necesidades, se nos presentaran nuevas patologías. Así que… si no estamos dispuestos a adaptarnos, puede que sea mejor nos sigamos dedicando a los formatos pequeños y al azulejo.
¿Cuál crees que es el error más común en la colocación?
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