¿Qué son las juntas de movimiento?
Si las juntas de colocación entre baldosas cerámicas son los elementos esenciales para disminuir la rigidez de un recubrimiento cerámico, en su estrato más exterior (el formado por las propias baldosas). Las juntas de movimiento, constituyen la solución constructiva, multiestrato, para poder absorber los diferentes tipos de esfuerzos derivados de movimientos generados en los soportes y/o las estructuras sobre las que se asienta aquel sistema, o los que se generan en su seno por diferentes causas.
Las juntas de movimiento son, por lo tanto, interrupciones del recubrimiento cerámico que afectan normalmente a toda la sección del sistema y que se rellenan con un material permanentemente deformable.
Dependiendo de su función y ubicación, las diferenciaremos entre: estructurales, perimetrales o intermedias.
Juntas estructurales
Responden a la necesidad de dividir el soporte base para evitar la aparición de fisuras incontroladas.
Serán juntas de igual o superior anchura respecto a las juntas preexistentes. Una anchura superior vendrá en previsión de esfuerzos suplementarios a los aportados por el soporte y generados en el sistema multiestrato del recubrimiento cerámico.
La anchura debe contemplar cuatro veces los movimientos máximos esperados y en ningún caso será inferior a 10 mm. Para anchuras superiores es recomendable la disposición de refuerzos metálicos que protejan tanto el material de sellado como el borde de las baldosas adyacentes.
Salvo que se utilicen elementos prefabricados flexibles acoplados a los perfiles metálicos de protección, este tipo de juntas deberán rellenarse con un material compresible hasta la profundidad requerida del material de sellado. Este material compresible no permitirá la adherencia del sellante.
En el caso de que se deba sellar la junta directamente sobre un relleno preexistente, se dispondrá una cinta de separación.
El respeto de la anchura y disposición sobre una junta estructural preexistente obligará a diseñar la ubicación de las restantes juntas en función de aquella. En ocasiones, la disposición de la trama de juntas de las baldosas cerámicas puede estar condicionada a la alineación con una junta estructural.
Una junta de movimiento estructural debe llegar en profundidad hasta la junta preexistente, aunque los perfiles de refuerzo/protección pueden anclarse sobre una capa de separación o en la base de nivelación.
En las juntas estructurales, la anchura de la junta del recubrimiento cerámico deberá coincidir con la anchura presentada en el soporte.
Si las juntas preexistentes no están ejecutadas correctamente, no son rectas y paralelas entre sí, o su distribución no coincide con la trama de juntas del recubrimiento cerámico, deberá proyectarse una nueva disposición de las juntas que sea compatible con las existentes, siendo esta tarea competencia exclusiva de un prescriptor.
Juntas perimetrales
Las juntas perimetrales son la separación del recubrimiento cerámico con elementos estructurales, de cerramiento o partición, y tienen la función de no ver comprometida la movilidad del recubrimiento cerámico o que, sobre él, no actúen los movimientos de esos elementos.
Deberemos hacer extensible su aplicación a cualquier elemento constructivo que represente una obstrucción, o una seria limitación, de la movilidad del recubrimiento cerámico.
Las juntas perimetrales deben ubicarse en todos los encuentros del pavimento cerámico con elementos constructivos que limitan su movimiento o pueden generan esfuerzos sobre él.
Siempre se respetará y ejecutará una junta perimetral de al menos 6 mm. de anchura y que llegará en profundidad al menos hasta la capa de desolidarización o separación.
Ante la necesidad de ejecución de capas de regularización, nivelación u obtención de pendiente, se dispondrán perfiles o tiras de poliestireno expandido para conformar la futura junta de movimiento perimetral. En muchos casos, el poliestireno hará las veces de material de relleno. Debe respetarse una anchura mínima de 6 mm. para este tipo de juntas.
Dado que el grosor de la baldosa cerámica más el adhesivo supera con creces la anchura mínima de 6 mm, no debe existir ningún problema funcional o estético para ubicar la junta de movimiento perimetral debajo del zócalo o revestimiento cerámico. Un buen sellado sobre el material de relleno dará un óptimo acabado.
La baldosa cerámica del revestimiento o la pieza que hace las veces de zócalo o rodapié debe situarse siempre ligeramente sobre el pavimento cerámico por razones obvias de no comprometer el movimiento, además de evitar los puentes acústicos.
En revestimientos cerámicos, sirven las mismas especificaciones que para las juntas perimetrales sobre pavimentos. En los encuentros entre cerramientos y particiones debe respetarse una junta de movimiento en superficies mayores a 10 m2, cuando se prevean movimientos en el soporte o condiciones ambientales o de uso.
Hay que tener en cuenta que, las juntas perimetrales de unión entre paramentos, también contribuyen decididamente al aislamiento acústico, por lo que aconsejamos su inclusión en todos los casos.
En pavimentos cerámicos de superficie inferior a 10 m2, las juntas perimetrales pueden suprimirse si se considera que la higiene, impermeabilidad o estética del recubrimiento pueden quedar negativamente afectadas. En ese caso, la baldosa cerámica debe quedar a una distancia mínima de 5 mm del elemento constructivo que delimita su potencial movilidad.
Juntas intermedias
Las juntas intermedias son la subdivisión en paños, de menor superficie, de la totalidad del recubrimiento cerámico, con el objetivo de que cada paño pueda tener un buen comportamiento frente a movimientos propios o extraños.
Estas juntas de movimiento deben contemplarse en todo tipo de pavimentos exteriores que tengan una longitud o anchura superior a 10 m. Deben ejecutarse cada 4,5-5 m lineales, formando paños cuya superficie no sea superior a 25 m2.
Esta disposición debe respetarse en pavimentos interiores con calefacción radiante, pavimentos interiores sometidos a la luz solar, a cargas dinámicas o estáticas de entidad, o movimientos derivados de la estructura o de los soportes.
Sobre grandes superficies es conveniente dividir el pavimento en paños de 24-30 m de lado, con juntas de movimiento dimensionadas en achura y profundidad para poder absorber los esfuerzos derivados de la estructura y los soportes, subdividiendo cada paño en cuadrículas de 8-10 m de lado con juntas de 6 mm de anchura y profundidad hasta la capa de separación, que recibirán los esfuerzos locales dentro de cada paño. Una disposición de este tipo permite disminuir la anchura de las juntas intermedias de los paños y disimular las juntas de movimiento de la cuadrícula con las juntas de colocación.
Dado que una gran superficie suele estar asociada a condiciones de uso gravosas, las juntas intermedias deberán acoplarse a las estructurales formando una verdadera red de particiones que tendrá que definirse en todas sus variables ya en fase de proyecto.
En el resto de pavimentos interiores deben disponerse juntas de movimiento intermedias cada 8-10 m lineales. Estas juntas intermedias deben llegar al menos hasta la capa de nivelación.
En revestimientos cerámicos, se aplicarán las mismas especificaciones que en los pavimentos.
Merece una especial atención el diseño de juntas de movimiento en revestimientos exteriores donde, dependiendo del grado de insolación, los movimientos esperados y las condiciones climáticas, deberán disponerse juntas verticales cada 3,5-5 m lineales formando una cuadrícula con las jutas estructurales y las perimetrales si las hubiere.
Siempre serán juntas de una anchura mínima de 10 mm y profundidad hasta el soporte.
Se aconseja la combinación de dos tipos de juntas intermedias. Unas dimensionadas hasta los soportes, con protección mecánica. Otras hasta la capa de nivelación o de separación si la hubiere, de menor anchura y sin protección mecánica.
Con esta disposición en forma de cuadrícula, se consigue fraccionar la trama de juntas en paños de área regular distribuyendo convenientemente los esfuerzos de forma estratificada.
En condiciones normales, se aconseja que el pavimento cerámico se interrumpa en paños de 40 m2 (por ejemplo, con las dimensiones 8 x 5 m).
Estas, son las disposiciones generales para la correcta disposición de las juntas de movimiento, según su tipología.
Es posible que se deban tener en cuenta algunas modificaciones. Dependiendo, siempre, del país en el que nos encontremos y de su normativa particular, si existiera.
En el caso de España, por ejemplo, nos remitiremos siempre a las disposiciones de la Norma UNE-138002:2017.
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