El soporte como punto de partida en la colocación de baldosa cerámica es primordial. Su conocimiento, por consecuencia, también lo es.
Cuando nos referíamos en nuestro último post a la base del soporte en la colocación de baldosa cerámica (ver entrada “El soporte – 1ª parte”), destacábamos la estabilidad como característica más significativa.
Pues bien en el caso de las capas intermedias, lo que deberemos tener en cuenta es su capacidad de compresión.
Si el espesor se reduce en 0,5 mm., hablaremos de baja compresibilidad, si tenemos entre 0,5 y 3 mm., la compresibilidad será media, pero si superamos los 3 mm. nos encontraremos ante una capa con compresibilidad alta.
La razón por la cual tendremos que tener muy presente la compresión de las capas intermedias, es que estas, no sólo son simples separadores de la base y la superficie del soporte, sino que también transmiten los diferentes comportamientos entre soporte y material cerámico.
Lo que queremos decir es que de la combinación entre base y capas intermedias variará la estabilidad del soporte.
Cuanto más baja sea la compresibilidad total del soporte más estable será y viceversa.
Por esta razón, siempre que trabajemos con paneles de aislamiento (compresibilidad alta) se recomendará el uso de capas de reparto de cargas o de compresión, para estabilizar el soporte.
Otra característica que hay que tener en cuenta de las capas intermedias, independientemente de las funciones que estas vayan a desarrollar, es la compatibilidad que tendrán con el soporte y el material o materiales de agarre.
LA SUPERFICIE
Para finalizar con la estructura del soporte, hablaremos de la superficie.
La superficie del soporte es el lugar donde, con la ayuda del material de agarre, colocaremos el material cerámico.
Si tenemos un soporte simple, la superficie de colocación será la misma superficie del soporte, pero si nos encontramos con un soporte compuesto, la superficie será la última capa de los materiales intermedios.
La elección del tipo de material de agarre y la técnica de colocación dependerán de las características y del tipo de la superficie del soporte.
En lo que se refiere a la tipología de las superficies, destacaremos como las más comunes; los derivados del cemento, la cerámica, los derivados del yeso, y la madera.
Una vez conocemos el tipo de superficie en la deberemos trabajar nos centraremos en su estado y destacaremos:
- La textura, que nos permitirá en el caso de adherencia mecánica un óptimo anclaje del material de agarre. En los casos de adherencia química la textura no será un factor importante.
- La nivelación (exclusivo para suelos), que ayudará a mantener la uniformidad en la colocación.
- El comportamiento de la superficie frente al agua. Este punto es bastante importante, ya que la acción del agua puede provocar caídas de material cerámico, eflorescencias, moho, etc.
- La consistencia de la superficie nos recomendará el uso de capas de imprimación o de reparación de la superficie.
- La capacidad de absorción de agua de la superficie del soporte es de gran importancia para una correcta adherencia de los materiales de agarre (adherencia mecánica). En los casos con poca porosidad, es aconsejable (al igual que con la textura) realizar una adherencia química.
- La planitud, que no por ser la última es la menos importante, nos permitirá decidir que técnica de colocación utilizar.
Primero clasificaremos el tipo de planitud por sus desviaciones, si la desviación es de aproximadamente 2 mm, la planitud de la superficie será de tipo 1, si la desviación está entre los 2 y los 8 mm, será de tipo 2, y si se supera los 8 mm será de tipo 3.
Una vez conocemos la desviación que tenemos podremos decidir con que técnica de colocación trabajaremos. Si es de tipo 1, podremos utilizar tanto la técnica de capa delgada como la de capa gruesa, si es de tipo 2 optaremos por la capa delgada si antes hemos aplicado una capa de regularización, en caso contrario trabajaremos con capa gruesa, y por último si es de tipo 3, deberemos aplicar una capa de regularización y trabajar con capa delgada (en los recubrimientos de paredes, podemos optar también por utilizar la técnica de capa gruesa con las desviaciones de tipo 3).
Es importante tener en cuenta los diferentes materiales, que en el transcurso de la obra, se hayan podido depositar en la superficie. Estos materiales pueden impedir el correcto funcionamiento de los materiales de agarre. Por lo tanto, es aconsejable realizar una limpieza de estos materiales antes de iniciar nuestro trabajo.
Para poner punto y final, haremos un pequeño comentario sobre todos aquellos casos con soportes especiales como el yeso (y sus derivados), la madera, los asfaltos, los metales y aquellos casos en los que debamos colocar baldosa cerámica sobre restos de colas para moquetas o parquets y baldosas cerámicas antiguas. Todos estos casos requerirán la realización de tratamientos especiales como imprimaciones antihumedad o la utilización de adhesivos especiales.
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Saludos y gracias por escribir.